lunes, 5 de diciembre de 2011

A diferencia del Programa para la Modernización Educativa de Carlos Salinas y del Programa de Desarrollo Educativo de Ernesto Zedillo, el documento base de la política educativa del actual gobierno presenta un apartado con algunos lineamientos normativos que debían orientar el desarrollo de la educación del país.

En la parte intitulada, hacia un pensamiento educativo para México se discuten las nociones de justicia y equidad educativa, las concepciones de identidad nacional y el papel de la educación en su fortalecimiento, la construcción de una ética pública sustentada en valores democráticos, la dimensión multicultural que debe poseer la instrucción escolar, la responsabilidad pública sobre la educación sustentada en la participación de la sociedad, la innovación educativa en la sociedad del conocimiento y, por último, se reconoce la complejidad de introducir cambios debido al anquilosamiento de la estructura del sistema educativo mexicano, a su dimensión, al exceso de normas, a la falta de recursos y a la falta de continuidad y consistencia de los programas educativos.

El Enfoque Educativo para el Siglo XXI precisa que en 2025, la educación mexicana será:

Equitativa y con buena calidad porque asegurará igualdad de oportunidades de ingreso, permanencia y logro académico.
Pertinente porque responderá a las necesidades de las personas y a los requerimientos del desarrollo nacional.
Incluyente porque atenderá la diversidad cultural regional, étnica y lingüística del país.

Integralmente formativa porque combinará propósitos científicos y técnicos, con una concepción de humanismo para nuestro tiempo.
Un aspecto relevante de esta prospectiva reside en que considera al cambio organizacional como un factor de alta incidencia en el mejoramiento de la calidad académica. Por ello se afirma que el centro de gravedad del sistema educativo se habrá ubicado en cada escuela e institución, con las estructuras intermedias y superiores al servicio de lo que ocurre en aquéllas. Aunque este objetivo ya se había enunciado desde sexenios anteriores, es muy valioso que se reafirme y se consideren a las escuelas como organizaciones abiertas capaces de establecer mejores formas de interacción con las comunidades en que se encuentran ubicadas a fin manifestar que la educación es tarea de todos y no sólo, nos parece, propiedad de una burocracia sindical o, como la manifiesta el Programa, responsabilidad exclusiva del gobierno.

Otros aspectos más puntuales que el PNE menciona y que también consideramos como notables son el Modelo de Educación para la Vida y el Trabajo, así como los cambios radicales de concepción en la Educación Básica para Adultos. Además, se le ha dado un fuerte impulso a la e-educación lo cual sugiere otras manera de acceder a la instrucción académica, fuera de las estructuras de tiempo y espacio.

Una vez habiendo dicho que el programa educativo de Fox destaca por la inclusión de aspectos teórico-normativos, por su visión prospectiva y por la desagregación de sus metas y acciones, pasemos ahora a analizar si el buen diseño de la agenda puede traducirse en una eficiente implementación de políticas públicas en materia educativa.

Examinando la política educativa. En primer lugar habría que decir que el PNE establece tres objetivos estratégicos que a su vez deben desarrollarse en los subprogramas de cada nivel y tipo educativo.

Estos objetivos son:

1.-Avanzar hacia la equidad en educación.

2.-Proporcionar una educación de calidad adecuada a las necesidades de todos los mexicanos.

3.-Impulsar el federalismo educativo, la gestión institucional y la participación social.

En esta oportunidad no podremos analizar el proceso de federalización y descentralización de los servicios educativos, los cambios en la composición del subsistema de educación superior o qué ha pasado con el Compromiso Social por la Calidad de la Educación que, según se dijo, transformaría la enseñanza y el aprendizaje para la nuevas generaciones. Sólo nos abocaremos a comentar algunos programas y políticas que, a nuestro juicio, constituyen un buen referente para conocer hasta cierto grado, el desempeño del auto-nombrado gobierno del cambio.


Siguiendo con la política de equidad, se puede inferir que la meta de cobertura en la educación media superior está en riesgo de no cumplirse. Y esto lo decimos tomando en cuenta el bajo crecimiento en la proporción de estudiantes que cursaron el bachillerato del año 2000 al ciclo escolar 2002-2003.

Al principio del sexenio la proporción de estudiantes entre 16 y 18 años que cursaba el bachillerato era de 47 por ciento, mientras que para el ciclo escolar 2002-2003 esta proporción ascendió a 51.5 por ciento (que corresponde a 3 295 300 estudiantes, de acuerdo al tercer Informe). Es decir, la tasa de cobertura en este nivel educativo aumentó 4.5 puntos porcentuales. ¿Qué se espera para 2006.


El PNE estableció que al final del sexenio deberá haber 59 por ciento de jóvenes de la edad respectiva en el bachillerato. Cumplir esta meta implica que aumente 7.5 puntos porcentuales la actual tasa de cobertura, lo cual significaría un aumento absoluto, entre 2003 y 2007, de poco más de 600 000 alumnos, al pasar de 3 295 300 a 3 900 000.

El modelo de educación básica para la población infantil migrante, que está orientado a brindar servicios de educación primaria, en 2006, a todos los hijos de jornaleros agrícolas migrantes. En México hay entre 400 mil y 700 mil niños en ésta difícil situación.
La puesta en marcha de un modelo pedagógico que atienda las necesidades educativas de los niños en situación de calle, que se supone iniciaría desde el 2002.

Existen dos puntos que nos parecen de suma relevancia para conocer el avance que tuvo el gobierno foxista en materia educativa. El primero se refiere a la política de financiamiento a la educación y el segundo discute la participación de la sociedad en los asuntos educativos.

Antes de abordar el primer punto, cabe acotar que el trabajo de la legislatura LXVIII, la pasada, es un buen referente en materia presupuestaria y jurídica para hacer un balance de la atención y tratamiento brindado a la agenda nacional de educación. Entre el PNE y el trabajo legislativo puede observarse un gran hueco.

Habiendo hecho este apretado, y por tanto, limitado, repaso de la política educativa del gobierno de Vicente Fox, concluimos que:
Pese a la agenda educativa consistentemente delineada, el gobierno, en algunos casos, ha logrado magros resultados que ponen en riesgo el cumplimiento de las metas propuestas.

Da la impresión que los programas innovadores de Fox marchan sin una debida retroalimentación. Aún desconocemos si el funcionamiento del PEC o el de participación social están acarreando los beneficios esperados como para colocar a la educación más cerca de la visión prospectiva establecida por el actual gobierno.

Y por último, uno de los aprendizajes más importantes de estos tres años de gobierno ha sido que el desarrollo de la educación depende en gran medida de otros actores políticos y no sólo de la voluntad del Ejecutivo.

Revista Educación 2001, Núm. 139, Diciembre de 2006; Pp. 7 - 46

1 comentario:

  1. David:

    Al igual que a otros de sus compañeros, le recomiendo que deje de pensar como estudiante; piense como profesional de la pedagogía, y por lo tanto, sus escritos deben tener ese carácter.

    Hasta ahora, todo lo presentado son reseñas; son importantes, pero quien "entra" a la internet, lo hace en busca de información; que la que usted presenta sea interesante, para quien lo consulte, lo pueda recomendar o tener de referente, con la certeza de que en ellos encontrará lo que busca.

    Saludos.

    Sergio Hernández Díaz

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